Ensayo

Al final la coyuntura no fue favorable, y me perdí a los Ronaldos. Pero comimos, bebimos, y qué bien que lo pasamos.
De todos modos, lo importante del sábado fue el reencuentro sifredo. Nos faltó Harry, pero aún así, pudimos sacar alguna que otra conclusión.
Manosucia ha vuelto del verano con las manos más sucias que nunca, con el pulso, el buen hacer, y la seguridad que nos tiene acostumbrados, pero con innovaciones asombrosas que seguro harán disfrutar a las masas en cuanto demos el primer directo de la temporada.
Octopus, el mutante de las ocho manos, parece que ahora tiene nueve. Impecable. Un ritmo y una cadencia de pedaleo con el bombo que ni el Gert-jan del 89.
Y aquí un servidor, tratando de reinventar el slap, y hacer del bajo un instrumento tan melódico como rítmico. Todo un esfuerzo metafísico por mi parte.
Creo que las canciones sonaron muy bien. Además, tuvimos entre nosotros a Xabi Garayalde (un honor para nosotros) recién llegado de tierras porteñas, que participó en la pequeña jam que hicimos al final del ensayo con su enorme voz de tenor.
Sólo faltó la magia de Harry. Pero ya sí, el fin de semana que viene, volverá a estar entre nosotros.

Un abrazo, y gracias por leer esta página.