Historia Sifreda: Episodio 7
En paralelo a sus andaduras por
diferentes escenarios, los Sifredi no dejaron de crear canciones, composiciones
nuevas que, junto con antiguas canciones que guardan en los cajones, iban
tomando forma en los ensayos. Así, juntaron un puñado de temas en los que
creían firmemente y que les emocionaban especialmente en ese momento de sus
vidas.
De esta forma, se encerraron en REB.Studio (hoy, Izeberg Studio), el estudio comandado por
Octopus y Karloff, y desarrollaron la grabación de su próximo
trabajo, “La primera Paz mundial”, bajo la dirección del mejor productor que podían encontrar: El propio Fran Octopus, quien había dejado a todos boquiabiertos con su trabajo en "Dos Rombos".
El nombre del nuevo álbum está tomado de la canción que
cierra el disco y siempre tuvieron claro que era el nombre adecuado. Los
Sifredi se dejan guiar por sus emociones en el proceso creativo, y esa canción
es para ellos una especie de himno-manifiesto evocador de sentimientos
positivos y reivindicación de la alegría de vivir frente a la oscura mezquindad
del sometimiento humano y las guerras. De esta forma el cuarteto pone en primer
plano el valor de la persona con una portada que ridiculiza la actividad
militar y a la vez evoca el cuadro “la danza” de Matisse. Este guiño pone de
manifiesto su posicionamiento intelectual hacia el arte como manifestación
humana y humanizadora, en contraposición con la guerra o cualquier actividad
que anule o limite la dignidad humana. Así, el disco puede ser considerado como
una pequeña obra con una elevada reflexión de fondo.
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Portada del disco, LA PRIMERA PAZ MUNDIAL, producido por Fran "Octopus" Espejo. |
Siete canciones completan este
trabajo, canciones que forman parte de la historia y la vida de los sifredi. Y
los sifredi quisieron presentarlas, a su manera, en el libreto interior del
disco; presentación que reproducimos aquí porque recoge a la perfección el
espíritu de los sifredi cuando se enfrentan a la escritura de un texto:
R.I.P
“El Nobel de la Guerra se ha
debido de equivocar. Nadie ha sobrevivido. Descanse (el mundo) en paz.”
Rebstudio. Setiembre
2010. LA PRIMERA PAZ MUNDIAL: OREJAS, GINTONICS Y MESAS DE MEZCLAS.
Empezamos a grabar “La
primera paz mundial” a finales de 2009. Matisse aún no había llamado a nuestra
puerta, pero el futuro (sin tarot ni quiromancia) empezaba a tomar forma en
nuestro cuartel general, REB.Studio
Nunca fuimos muy guapos,
pero sí prolíficos. Las mejores ideas siempre nos salen alrededor de una mesa
(a poder ser en el Epel tomando unas cervezas y unas raciones de oreja). El
caso es que teníamos muchos temas dónde elegir. Nos quedamos con estas 7
canciones ya que cada una de ellas era (es) una pequeña joya dentro del
universo sifredo. Por ejemplo, el texto de “Adiós, pasado” tiene más de
una década de antigüedad, y aunque tal vez eso la convierta en nuestra canción
más inmadura, también podemos decir que es valiente (en la forma y en el fondo)
y no tiene miedo al qué dirán. El tiempo (time) nos cambia, y eso no tiene
porqué ser malo.
“Para venderte mi
corazón” es un rock&roll (poison&heart) con el que desatamos toda
nuestra energía y hace que nos sintamos orgullosos de ser nietos (bastardos) de
BuddyHolly, y sobrinos (puta-tivos) de Keith Richards. Y por si fuera poco, nos
damos el gusto de dejar un riff para la posteridad.
“Gato Negro” es mucho
más que un homenaje a Edgar Allan Poe. Es un tesoro con forma de pesadilla y/o
delirium tremens. Nuestro Chat Noir es la canción definitiva (sin exagerar)
sobre la angustia y la soledad. Sin embargo, ahí está “Como el
rock&roll” para compensar los ánimos (o no). Los Sifredi sabemos que,
con la actitud adecuada y unas gafas de sol bien puestas, se puede alcanzar el
amor a través del reproche.
“La reina del escaparate”
muestra algo de nosotros que no podemos ocultar: Nos enamoramos con facilidad.
En esta canción de ritmo clásico pero frenético, damos todo nuestro amor a un
maniquí (con formas femeninas, se entiende)…Y es que van provocando.... En “La
tormenta” tocamos un blues que juega a la metáfora entre las relaciones de
pareja y las inclemencias del tiempo (weather, en este caso). Hay amores que
duran menos que un relámpago, y cabezas que retumban como truenos.
Finalmente, “La primera
paz mundial” se convierte en la canción que da nombre al disco. “The Times
they’rechangin’” y “Sgt.Peppers” suenan a la vez (sirva como ejemplo), mientras
recuperamos para la ocasión a los niños que cantaron con John&Yoko el
“Warisover”, sólo que ahora las criaturas deben tener 30 años, fuman puros (de
la paz), y beben gintonic&pepper (sgt.) en el Garbola (después de comer
carne cruda). Lo que en su día fue un coro de querubines se ha transformado en
un ejército de soldados rusos (moribundos) que canta al ocaso de la vida con la
garganta oxidada y la esperanza puesta en el purgatorio.
THE END (of the beginning)